ZUMPANGO, Edomex.– La proliferación del lirio acuático, también conocido como cucharilla (Eichhornia crassipes), amenaza gravemente el equilibrio ecológico de la Laguna de Zumpango, al haber colonizado aproximadamente el 60% de su superficie total, según reportes recientes de expertos y habitantes locales.

De acuerdo con un diagnóstico realizado a finales de abril de 2025, el embalse contaba con un volumen de entre 73 y 78 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, se estima que entre 1,015 y 1,040 hectáreas del espejo de agua están cubiertas por esta planta invasora, cuya estructura esponjosa absorbe grandes cantidades de líquido, generando desequilibrios en la oxigenación y favoreciendo la evaporación acelerada.

Las comunidades ribereñas, particularmente aquellas con décadas de arraigo en la zona, han manifestado su preocupación ante el crecimiento exponencial del lirio, temiendo que la laguna quede completamente invadida en cuestión de meses si no se implementan medidas urgentes de contención.

A inicios de 2025, durante un monitoreo realizado por personal del parque ecoturístico y especialistas en medio ambiente, se registró una capacidad de almacenamiento de entre 86 y 89 millones de metros cúbicos de agua. No obstante, los efectos del incremento en las temperaturas y el avance incontrolado de la vegetación acuática han provocado una reducción alarmante en los niveles del líquido. Para entonces, se calculaba que el lirio ya había invadido entre 930 y 960 hectáreas.

La bióloga Araceli Casanova, quien ha estudiado a fondo el comportamiento del lirio acuático, explicó que su expansión reduce significativamente el oxígeno disuelto en el agua, lo que pone en riesgo a la fauna nativa. Señaló la necesidad de emprender acciones inmediatas para evitar que el embalse sufra una nueva desecación.

Impacto económico y social

Aproximadamente 200 personas, en su mayoría originarias de San Pedro La Laguna, dependen de la actividad turística en la zona para subsistir. Venden alimentos, bebidas, antojitos, nieves y recuerdos a los visitantes que acuden al sitio. Sin embargo, el avance del lirio ha dificultado seriamente la navegación.

Actualmente, una docena de lancheros ofrece recorridos desde la ribera norte hasta una pequeña isla con una capilla y una imagen de la Virgen María. No obstante, las plantas invasoras han bloqueado gran parte de los canales, dejando escasos espacios libres para el tránsito acuático.

Esfuerzos de limpieza y conservación

Durante 2024, se llevaron a cabo diversas jornadas de saneamiento ecológico coordinadas por autoridades federales, estatales y municipales, con el apoyo de la Secretaría de Marina (SEMAR) y organizaciones civiles. Como resultado de estas labores, se logró extraer aproximadamente 120 toneladas de lirio acuático, así como 120 mil metros cúbicos de azolve y 72 toneladas de residuos sólidos.

Pérdida de biodiversidad y estudios científicos

Antes de la intensa sequía que se presentó a principios de 2023, la Laguna de Zumpango albergaba más de 170 especies de aves, además de mamíferos y reptiles. En fechas recientes, se ha observado el retorno paulatino de algunas aves migratorias, lo que renueva la esperanza de recuperación del ecosistema.

En octubre de 2024, un equipo de investigadores y estudiantes de la Unidad de Investigación Interdisciplinaria en Ciencias de la Salud y la Educación (UIICSE) de la UNAM, campus Iztacala, efectuó análisis fisicoquímicos y bacteriológicos del agua. Los resultados revelaron concentraciones elevadas de fósforo, ortofosfatos y nitratos. Asimismo, los parámetros bacteriológicos superaron los límites establecidos por las Normas Oficiales Mexicanas, incluso para uso agrícola.

Los especialistas indicaron que el cuerpo de agua presenta mecanismos naturales para intentar equilibrar los niveles de materia orgánica. Sin embargo, estas condiciones favorecen el crecimiento del lirio acuático y de ciertas algas que deterioran aún más la calidad del agua.

Un santuario en riesgo

La Laguna de Zumpango se sitúa entre los municipios de Teoloyucan y Zumpango, en el Estado de México. Fue declarada Parque Estatal para la Protección y Fomento del Santuario del Agua en 2003, durante la administración del entonces gobernador Arturo Montiel Rojas, quedando bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

A pesar de su estatus como área protegida, este ecosistema enfrenta una amenaza ambiental creciente que pone en peligro no solo su biodiversidad, sino también el sustento de cientos de familias que dependen directamente de sus recursos.

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